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En busca de un final

CAPÍTULO 12: En la comisaría

...las cosas son más que nada, complicadas.

La comisaría era pequeña, y sólo había cuatro policías. Uno fue el que nos acompañó en el tren, otro nos buscó en el coche policial, y los otros dos estaban en la comisaría. Uno gordo de bigotes, que daba mucho miedo nos llevó al chico del tren y a mí a una celda. Nos quitó las esposas y cerró con llave.

Mientras el chico del tren hacía de eso como su casa, (como si no fuera la primera vez que entra en un sitio así) y se acomodaba, yo me quedé pegada a los barrotes miurando al policía gordo que estaba cerrando la celda. Esperaba que me dijese algo, y al ver su mutismo decidí hablar.

-"Perdone, ¿nos van a dejar acá toda la noche?"
-"Sí señorita, contestó"
-"Pero, es que ha habido una confusión muy grande"
-"El comisario no viene hasta mañana, es con él con quien debe hablar. Buenas noches".
-"¡No, espere!... no puedo quedarme aquí, tengo un tren, tengo..."
-"Lo único que tiene es el derecho a una llamada telefónica, ¿la hace ahora o mañana?"

Al ver que no le contesté se alejó dándome las buenas noches. A quién llamar. Cuando me di vuelta el chico del tren me miraba con ojos de cabrito desgollado.

-"Tu y yo vamos a hablar, y de ésta no te escapas. Tenemos toda la noche y tienes que darme muchas explicaciones..."

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