Blogia
En busca de un final

Rebeca Gardachal

Capítulo 20: En el bosque

Algo pasa. El autobús se detiene en medio de la niebla. Miro a mi acompañante y veo que él está durmiendo plácidamente y que no se ha dado cuenta de nada. Le despierto.
- Algo ocurre. Nos hemos detenido, deberíamos pensar en escaparnos ¿no?, tengo miedo.
- No te preocupes, tranquilízate.

Realmente él me estaba tranquilizando pero se le notaba más nervioso que a mí.
El conductor nos comunica que se ha pinchado una rueda. Nos miramos el uno al otro y respiramos profundamente. Entonces yo le digo que lo mejor que podríamos hacer para que no nos encuentren es seguir nuestro camino por el bosque.

- ¡ Estás loca! si está todo lleno de niebla y no se ve nada. Además no te das cuenta de que no llevamos ni brújula, ni linterna y ni una triste manta para resguadarnos del frío?
- Creo que es lo mejor que podríamos hacer. No quiero que nos detengan. Yo me he ido de casa porque quiero libertad y pensar y no me apetece que me detengan y que me encierren en una celda. Ya he estado suficiente tiempo encerrada en mi casa!.
- Vale, tranquila que yo sólo te he dicho que no me parecía buena ídea. Además no sé en dónde estamos.
- Deberíamos arriesgarnos.

Él se queda pensativo y me dice que de acuerdo. Nos levantamos de nuestro asiento y bajamos del autobús poniéndole de excusa al chófer que nos vamos a fumar un cigarro. Bajamos y nos dirigimos, en medio de la oscuridad, hacia el bosque. Caminamos despacio, y con cuidado...

CAPÍTULO 15: La huída

... si no me estoy enamorando de él?. Esa duda asalta mi pensamiento durante unos segundos. De repente él me devuelve a la realidad y me dice...
- Deberíamos ir a coger el tren para huir. Ten encuenta que ahora los dos estamos metidos en esto y que ya no hay vuelta atrás. Tú has decidido venirte conmigo, pero no se el porqué. Que sepas que ahora eres complice de asesinato.
Yo me quedo mirándole con cara de circunstancia. ¡Dios mío! ¿pero qué es lo que he hecho? debería haber pensado antes en las consecuencias que esto tendría, que hubiera sido más fácil quedarme allí y que como él me había dicho hubiera contado la verdad y para mañana habría estado libre. Pero... ¿por qué no le pensé antes?
Echamos a correr en dirección a la estación. Y entonces recapacito y le digo al chico desconocido:
- No crees que el tren estará vigilado, y que seguramente ya se habrán dado cuenta de que nos hemos escapado y nos estarán buscando? Creo que lo mejor será que robemos un coche o que nos vayamos en autobús?
- Tienes rázón, me estás sorprendiendo porque ¡has vuelto a pensar! pero creo que lo que mejor podríamos hacer es alquilar un coche para no meternos en más líos. ¿Llevas dinero?
-Sí.
Empezamos a buscar alguna empresa de alquiler de coches pero, de repente...

Capítulo 14: la hora de la verdad

Y la verdad es que le propuse tramar un plan porque ese chico tan extraño que no me había querido decir su nombre y que ocultaba algo más que yo no sabía, me gustaba. Más que gustarme, es que sentía algo raro por él, quizá puede que fuera porque sentía curiosidad por su vida.
- Creo que nos podemos escapar de aquí- le comenté al oído.
Él me miró con cara como diciendo ¡estás loca! y me dijo:
- Tú has visto muchas películas ¿no?, ¡qué quieres cavar un tunel durante la noche!
- ¡No hace falta que me grites!. Simplemente te lo decía porque el comisario se ha dejado la puerta de la celda abierta y en este momento no hay nadie vigilándonos.
Él volvió la cabeza inmdiatamente hacia la reja y vio que efectivamente la puerta estaba entreabierta. Nos miramos y me cogío de la mano.
Fuimos despacio hasta el final del pasillo, paramos en la esquina de la pared y observamos si había alguien vigilándonos. No era así, asi que subimos las escaleras dirigiéndonos hacia la salida...

CAPÍTULO 9: LA INTRIGA (CONT.)

una pistola. Pero, de repente dudo si es o no es una arma. Me quedo mirando fijamente a su bolsillo, él se da cuenta de mi inquietud y se da la vuelta rápidamente para que no le mire.

- Por favor, ¿puedes salir de aquí?-, me dice con la voz entrecortada.
- Pero, ¿qué ha pasado?, ¿estás herido?
- Ha habido un disparo en un vagón, no sé nada más.
- Y entonces, ¿por qué sangras?
- Déjame, por favor.

Y entonces me cierra la puerta y me despacha del baño. Yo me quedo esperando a fuera pensativa y decido ir a buscar explicaciones. Avanzo por el pasillo y entro en otro vagón en el que la gente está muy agitada. Veo a una joven, más o menos de mi edad, y le pregunto por la situación. Ella me cuenta que un chico, no se sabe por qué, ha sacado una pistola y ha disparado, pero no sabía nada más.

Entonces pienso que las cosas encajan, que mi acompañante cuando se ha ido con el revisor ha disparado como intentanto huir de algo pero, ¿de qué?...

CAPÍTULO 7: Un disparo

Yo decido sacar el billete de mi cartera y se lo entrego.

- Por favor, su billete- dice el revisor a mi acompañante.
- No he cogido billete porque no llevo un rumbo fijo.
- Pues entonces piense en que parada va a bajar y me lo tendrá que pagar a mi.
- Pero es que no sé en dónde voy a bajarme.
- Por favor, acompáñeme.

Y veo que como el chico, del cual no se todavía su nombre ni lo que esconde, se marcha con el revisor a solucionar el problema.

De repente, se oye un fuerte grito. Me levanto asustada y miro a mi alrededor, la gente comienza a inquietarse. Seguidamente se oye un disparo cerca de donde yo me encuentro. ¿Qué habrá sido eso? Todo el vagón se agita. Yo miro por la ventana pero, todo parece en calma...

CAPÍTULO 6: ÉL ME HABLA (cont.)

...yo le miro asustada y me aparto. Empiezo a mirar mi cartera nerviosa y le doy un billete de cinco euros. Tiemblo, y noto que me pongo roja. Estoy muy nerviosa. Él nota mi inquietud.
- Por cierto, ¿Cómo te llamas?- pregunta.
- Lucía, ¿y tú?

Él no contesta, yo le miro esperando su respuesta, pero nada. Su silencio me pone nerviosa. Él se apoyó contra la ventanilla y cerró los ojos. Yo le miré y noté un escalofrío que recorría mi cuerpo...

Capítulo 2: En el tren

Capítulo 2: En el tren ¡Lo he hecho! te repites una y otra vez. Pero, de pronto, empiezas a pensar en el valor que has tenido dejando todo de lado, tu familia, tu trabajo, tus amigos... y tantas otras cosas que seguramente añorarás. Y, realmente, no sabes explicar el porqué te marchas, porque ni tú estas segura de que lo estás haciendo. Te vas sin saber el que te vas a encontrar en una ciudad en la que ni entiendes el idioma, ni sabes a dónde ir. Empiezas una nueva vida pero, ¿en busca de qué?, ¿en busca de un sueño que ni sabes si sigue vivo?.
Estás agotada, no puedes pensar más, lo has hecho y punto, y no sabes qué será de tu viaje. Te quedas dormida apoyada sobre el cristal, llena de inquietudes y de esperanzas.
Él está a tu lado, te abraza, y tú sonríes, fue vuestro primer beso...