CAPÍTULO 9: LA INTRIGA
...mi asiento de siempre. Abro los ojos poco a poco, la luz del sol me da de lleno en la cara y me cuesta mirar a mi alrededor. Finalmente logro abrir del todo mis ojos. Lo primero que hago es mirar a mi lado, busco al chico. Pero para mi sorpresa, él no está. Giro mi cuello y lo busco con la mirada por todo el vagón, pero no logro localizarlo.
De pronto, a través del cristal de la puerta que separa mi vagón del hall donde ha ocurrido lo del disparo,lo veo pasar. Camina muy rápido, y su rostro desaparece del cristal en apenas décimas de segundos.
He visto su cara un instante, pero lo sufuciente para que me preocupe por él. Nadie me ha dicho nada acerca de lo que ha pasado, así que me levanto y salgo al hall.
Pero no está, no lo encuentro. No hay nadie, tan solo la puerta del lavabo donde le encontré manchado de sangre.
Me detengo ante ella, la miro. Mi mano se apoya sobre el pomo de la puerta y la empuja. Está abierta.
La abro rápidamente y le veo, es él, está ahí. Está de espaldas, pero nota mi presencia y mientras se da la vuelta, esconde algo en el bolsillo de su vaquero. Está nervioso, tan solo puede balbucear algunas palabras inacabadas.
No le doy importancia, pero me quedo pensativa acerca de lo que puede esconder en su bolsillo.
A unos centímetros de él, puedo distinguir en ese bolsillo como un tubo pequeño con un extremo rectangular más grande.
No se, algo como una...
De pronto, a través del cristal de la puerta que separa mi vagón del hall donde ha ocurrido lo del disparo,lo veo pasar. Camina muy rápido, y su rostro desaparece del cristal en apenas décimas de segundos.
He visto su cara un instante, pero lo sufuciente para que me preocupe por él. Nadie me ha dicho nada acerca de lo que ha pasado, así que me levanto y salgo al hall.
Pero no está, no lo encuentro. No hay nadie, tan solo la puerta del lavabo donde le encontré manchado de sangre.
Me detengo ante ella, la miro. Mi mano se apoya sobre el pomo de la puerta y la empuja. Está abierta.
La abro rápidamente y le veo, es él, está ahí. Está de espaldas, pero nota mi presencia y mientras se da la vuelta, esconde algo en el bolsillo de su vaquero. Está nervioso, tan solo puede balbucear algunas palabras inacabadas.
No le doy importancia, pero me quedo pensativa acerca de lo que puede esconder en su bolsillo.
A unos centímetros de él, puedo distinguir en ese bolsillo como un tubo pequeño con un extremo rectangular más grande.
No se, algo como una...
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